Los labios secos y la boca es un cenicero, tu cuerpo lleva las marcas del dolor, la mentira, la soledad y el placer.
No hay rostros conocidos en tu noche y en la agonia de tu honor se escapa una risa lujuriosa.
Alli yacen los valores y la moral, olvidadas en el fondo de alguna botella, y en las sombras se refugian tus hermanos que por una noche te seguiran, hasta que el sol queme la poca cordura en tu cabeza.
No hay cadenas ni nombres que arrastrar, quemaste tus iniciales en una roca para luego olvidar.
Un muerto revivio para no vivir mas y alli en su cuerpo se instalo la demencia del placer y la prohibida libertad.
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